Sara, elegida desde el principio.
¿Te imaginas descubrir que puedes comenzar a vivir en libertad y confianza porque Dios te mira con amor? Él conoce la historia completa de nuestras vidas, mientras nosotras tenemos una visión limitada y muchas veces hasta distorsionada, la historia de Sara te sorprenderá con valiosos secretos que nuestro Padre tiene para nosotras, sin importar la etapa en la que estás y aún si tú no crees tener un propósito o que es muy tarde para ti.
Esta hermosa mujer, Sara, es mejor conocida como la madre de naciones, ya que de su descendencia viene Jesús. Fue conocida como una mujer de gran fe por creer en las promesas de Dios y dar a luz a un hijo a pesar de su avanzada edad, llorando de gozo (He 11:11) además de ser una role model por sus virtudes; sencilla, afable y apacible, obediente en amor a su esposo (1P 3:3-6), pero no siempre fue así, su historia también hace evidente la transformación posible si caminamos de la mano de Dios.
Su historia comienza en génesis donde fue etiquetada como Sarai, mujer de Abram, y estéril; que en esos tiempos era muy mal visto, una mujer hermosa que incluso le causó inseguridad a su marido haciéndola pasar por su hermana (Gn 12:11-12; 20:2) y de edad avanzada (Gn 11:29-30).
Semejante problemón cargar con todo eso ¿cierto?
Ahora, a pesar que en obediencia a Dios caminó junto a Abram, ella fue elegida por Dios como individuo desde el principio, creería que ella no lo vivió así durante muchos años de su vida. Es a través de los dos que Dios crearía una gran nación, cuando nuestro papá le dice a su esposo haré de ti una gran nación él contemplaba a Sarai (Gn 12:1-5), pero continuamente ella asumía su condición de “estéril” (Gn 16:2), ella abrazó esa condición como parte de su diseño original, ¿te imaginas semejante mentira?, incluso en su desesperación, le dio “una mano” a los planes de Dios, entregando a su sierva a Abram para que así se cumpliera el propósito de dar descendencia, ¡error! Ella se excluyó de la promesa y esto le trajo mayores conflictos a su vida y por supuesto autoestima.
Pero me encanta como nuestro Padre les repetía continuamente su promesa, les ayudó a salir de sus metidas de patas, les reveló su gran plan pero fue hasta que Dios les cambia sus nombres (Gn 17:15) que las cosas cambiaron. Y me quedé helada al ver que era necesario cambiar la identidad de Sarai a Sara para ver el reino venir sobre esta situación. Dios les repitió el plan, incluso las fechas en que esto ocurriría. Dios se presentó aun cuando ella se río del plan para ocultar su tristeza, al final nuestro papá perdonó sus errores, su impaciencia por no poder concebir, su falta de fe y todos los pensamientos que seguramente tuvo en todo el proceso. Dios cumplió su pacto, reafirmando la palabra que les había dado desde el inicio –dijo- la bendeciré y será Madre de naciones. Él sabía que ella tenía todo lo necesario para cumplir su propósito, jamás la vio con sus marcas o etiquetas.
Esta historia me fascina y llena de fe, porque Él sabe el final de nuestra historia, nosotras alcanzamos solo a ver una temporada (nuestro presente), recuerdos de unos cuantos capítulos de nuestra vida en donde muchas veces nos quedamos repitiéndonos una y otra vez, lo que no somos, al igual que Sara asumimos condiciones, etiquetas que han distorsionado nuestra identidad, algunos dichos o experiencias con nuestras familia, la sociedad, incluso nuestros errores.. pero Dios - a través de la historia de Sara - me mostró las muchas veces que vi cosas en mi y dije: ¡Dios me había hecho así, con este carácter, un poco amargada, enojona! por mencionarte algunas. A través de esta historia empecé a ver todas las áreas donde era estéril, me sorprendí tanto, porque así fue mi vida sin Cristo.. fui una mujer que se aferró a su esterilidad.
Te invito a que reflexiones ¿Cuántas veces asumimos las etiquetas que el mundo o nosotras mismas nos hemos puesto, incluso esas que dicen que “debemos ser” por el hecho de ser mujeres?
¿Cuáles son esas cosas que das por hecho que Dios dijo que eras, pero NO es así?
– Escríbelo y compártelo-
También fue muy revelador observar las consecuencias de la impaciencia, cuando reflexioné en las incontables veces que le di la mano a Dios, (y hasta las dos manos) para que se cumplieran algunos deseos o planes, sin saber realmente esperar su tiempo; sin embargo, su gracia infinita y su perdón me ha permitido ver claramente qué piensa él de mí, cuál es mi identidad y mi propósito en Cristo.
La Biblia nos enseña que Sara no fue recordada por esa esterilidad, ¡QUE BELLEZA!, y es que justo eso quiere hacerte ver Dios, él quiere que seas recordada por su diseño en ti, por una gran Fe de imposibles, por tener paciencia, tu permanencia en Él. Te puedes haber reído de los planes ambiciosos de Dios, pero Él ya pagó y te dio una nueva identidad en Cristo, es momento de quitarnos las etiquetas y creer que el Padre tiene una serie completa y eterna con tu vida y que Él cumplirá sus propósitos en ti.

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